¿Qué es la mediación familiar?

¿Qué es la mediación familiar?

La mediación familiar en Madrid es una opción muy popular para las parejas que quieren seguir adelante con sus vidas después de haberse separado. En la mediación familiar, un tercero trabaja con la pareja para ayudarles a negociar un acuerdo sin tener que acudir a los tribunales.

A diferencia de un abogado en un litigio, el mediador no representa a una u otra parte. El trabajo del mediador no consiste en dar asesoramiento jurídico. El papel del mediador es intentar que las partes lleguen a un acuerdo.

Objetivos de la mediación familiar

Al hacerlo, el mediador se enfrenta a muchos retos, entre ellos los diez siguientes:

  • Llevar a cabo una evaluación antes de tomar el caso para saber si es apropiado para la mediación por alguna razón.
  • Crear un entorno neutral y seguro -emocional y psicológicamente, física y legalmente- para que cada parte se sienta capaz de participar plenamente en la negociación sin miedo, coacción o amenazas de represalias, juicios o prejuicios.
  • Gestionar las emociones intensas de forma que cada parte pueda expresar plenamente sus preocupaciones, inquietudes y objetivos, sin desempoderar ni insultar a la otra.
  • Identificar las cuestiones controvertidas y permitir a las partes ir más allá de la superficie de esas cuestiones para ayudarles a comprender las razones subyacentes de sus respectivas posiciones.
  • Ayudar a las partes a centrarse en el interés superior de sus hijos y respetar el derecho de los niños a que se escuchen sus opiniones.
  • Ayudar a las partes a comprender mejor el punto de vista del otro desde el punto de vista legal, emocional y psicológico.
  • Animar a las partes a encontrar sus propias soluciones y encontrar formas neutrales de ayudarles a ver las opciones que quizá no puedan ver por sí mismas.
  • Reforzar los esfuerzos de las partes para negociar y mantenerlas en la mesa cuando las cosas se ponen difíciles.

Comprobar con cada una de ellas, a menudo en privado, su alternativa al acuerdo, que suele ser no hacer nada o un litigio largo y costoso.
Gestionar todo esto de forma que cada parte se sienta escuchada, respetada y tratada en igualdad de condiciones por el mediador.
El papel del mediador es tratar de encontrar un terreno común entre las partes y trabajar con ellas para ayudarlas a llegar a un acuerdo final sobre todas las cuestiones.

Estudios recientes demuestran que, de todas las opciones disponibles para las parejas en proceso de separación, la mediación familiar suele ser la menos costosa, la más rápida y la más útil para los desacuerdos sobre la crianza de los hijos, y tan útil como cualquiera de las otras para los conflictos financieros. Las parejas que recurren a los servicios de mediación familiar manifiestan un alto grado de satisfacción con el proceso y el resultado.

Hay muchas investigaciones que demuestran que las partes que llegan a acuerdos en la mediación familiar tienen más probabilidades de cumplirlos; por ejemplo, es más probable que los niños reciban la manutención de sus hijos cuando sus padres han mediado que cuando han acudido a los tribunales. Esto tiene sentido porque la mediación es un proceso de autodeterminación. Es voluntaria y las propias partes toman las decisiones en lugar de que un juez o un árbitro lo haga por ellas.

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