Hoy en día, una máscara protectora es un artículo imprescindible, sin el cual no se debe visitar los lugares públicos. Dependiendo del material y del grado de protección, las mascarillas tienen diferentes funciones: algunas protegen de forma fiable contra las infecciones, otras sólo son útiles en contacto con productos químicos domésticos, por ejemplo durante la limpieza de la casa.
Para comprar mascarillas higiénicas homologadas adecuadas, hay que prestar atención a su tipo y grado de protección. Te diré lo principal sobre la elección de las máscaras de protección.
Tipos de máscaras
Para proteger el sistema respiratorio y evitar la propagación de infecciones que se transmiten por el aire, la OMS recomienda el uso de mascarillas médicas de tres capas. Sólo pueden ser desechables. Las mascarillas médicas están hechas de material no tejido que proporciona una protección fiable y no impide la respiración.
Estas máscaras no protegen a las personas que las llevan, sino a quienes las rodean. Los médicos utilizan estas mascarillas para mantener la esterilidad y que los enfermos no contagien a los demás.
Las mascarillas higiénicas están hechas de algodón, gasa, neopreno y otros materiales, que son reutilizables y resultan más económicas que las desechables. Si se utilizan correctamente, pueden constituir una alternativa a las mascarillas desechables. Así lo confirman los estudios médicos que comparan la eficacia de las mascarillas médicas y las de higiene. Los datos mostraron que, en un entorno de laboratorio, la capacidad de las mascarillas higiénicas era peor que la de las mascarillas médicas. Esta capacidad también se ve afectada por factores ambientales. Por ejemplo, la humedad tiene un gran impacto en la función protectora de las mascarillas sanitarias.
Los médicos que trabajan en el epicentro de la infección utilizan respiradores y mascarillas médicas desechables con un alto grado de protección. El material filtrante de las mascarillas médicas impide la entrada de micropartículas de hasta 1,3 micras. Esto es suficiente para evitar que la mayoría de los virus entren en el cuerpo. Estas máscaras protegen a la propia persona y a los demás, pero tienen un inconveniente importante: dificultan la respiración.
Los respiradores pueden ser utilizados no sólo por los médicos, sino también por todas las personas que entran en contacto con los enfermos. Protegen tanto a la persona que las lleva como a los que la rodean. Sin embargo, para los paseos y las visitas a lugares públicos es mejor utilizar mascarillas médicas: son más cómodas y también proporcionan una protección fiable.